Con este experimento trataremos de demostrar la
existencia física de los olores.
Los olores no son más que gases desprendidos del
cuerpo que lo contenían, por lo tanto se establecen los diferentes olores.
- Echa un poco de agua en el plato cuando el agua esté en calma.
- Extiende sobre su superficie una copa delgadísima de talco (el experimento dará resultado solo si el talco es muy fino).
- Pídele a un adulto que te corte un pedazo de cebolla y acércalo al talco espolvoreado sobre la superficie de agua.
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