Los Padres tienen la obligación de educar a sus hijos con disciplina y amor. Esto implica que los corrijan con cariño y les den buenos ejemplos para que respeten las normas y adquieran conocimientos y valores. De este modo, los niños y niñas irán aprendiendo la manera adecuada de comportarse.
El maltrato físico (golpes, empujones, jalones de cabello, etc.) o psicológico (insultos, burlas, amenazas, etc.) no contribuye a que los niños(as) se sientan amados y protegidos: por el contrario, origina numerosas consecuencias negativas: perjudica las relaciones de afecto entre padres e hijos, daña la autoestima de los niños y niñas, impide una buena comunicación, etc
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